Investigación musical: ciencia, poder, ética y academia. Chalena Vásquez (IASPM-AL 2014)

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(reflexiones desde la experiencia personal)
Chalena Vásquez

(Salvador de Bahía – Brasil – Lunes 13 de Octubre de 2014)

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He de ser sincera y decir en primer lugar, que me sorprendió mucho esta invitación para dar una conferencia inaugural al presente Congreso de IASPM-AL aquí en Brasil, país al que vengo por primera vez y al que he escuchado con disfrute y sorpresa en su diversidad, desde un folklórico Villalobos[1] hasta un tradicional Jobim[2], desde la desgarrada Elis Regina[3] hasta la gruesa voz campesina de Inezita Barroso… desde el post-modernísimo carnaval de Río hasta la más auténtica voz brasileira de Roberto Carlos[4].

¿Qué tan popularmente tradicional será una “saudade”[5]?…   Inasible palabra para una melancolía peculiar que transita en el tiempo y el espacio entre el inacabable oleaje de Yemayá[6] y las más enigmáticas e intrincadas sonoridades de la selva amazónica… allí donde los ríos llegan sin duda cargaditos de las más insondables fuerzas y tristezas de cumbres andinas y de sus nieves que ya no son eternas – a cinco mil metros de altura… ¡quién sabe!

¿Qué haré entonces aquí, qué podría decir ante tantas eruditas personas que viajan centenares y miles de kilómetros para encontrarse un instante, conversar sobre música todos a la vez y tal vez “no enterarse de nada”, como diría mi maestro el compositor chileno Fernando García[7]…? Será tal vez como exclamaba José María Arguedas[8], kachkaniraqmi[9], porque es una forma de existir, kachkaniraqmi, diría José María, porque todavía somos, aquí estamos; porque es necesario. (¿necesario para qué, para quién?)

Ahora que sé que el sonido por sí sólo no existe y que es pura energía vibrando en cada ser, en cada cosa, en cada insecto, brisa temprana o viento huracanado; ahora que no sé en qué se convierte la música cuando se alberga en una millonésima parte de un chip digital (“ceros y unos” me explican los jóvenes) ¿cómo será ese cronotopo infinitesimal, diría el maestro Danilo Orozco[10], que se dispara de pronto como haz que llega al corazón descuidado y espinado, que te aprieta en la garganta o te eriza sin incendiarte la piel?, digo, ahora que menos entiendo, me toca hablar.

Felizmente no tengo nada que perder ni nada que ganar, porque al fin y al cabo los seres humanos solamente “nos componemos de días”, como diría César Vallejo[11], pienso que la pulsión de vida se expresa en palpitación constante, compartida a veces en digital y en tiempo.

Miro el camino recorrido… imagino un camino en el tiempo, una cuerda, un hilo de vida en cada uno de ustedes, en cada una de nosotras, en nuestra condición de ser senti/pensantes que sin darnos cuenta – casi- vamos tejiendo una urdimbre que se enlaza en puntos de contacto, en una red, a veces cibernética como la lista IASPM-AL en la que participamos siendo una y otra vez tejedores primigenios (no me gusta el término primitivo) tejedores primigenios que guardamos un poder – un poder colectivo- del que no nos damos cuenta o que tal vez no queremos ejercer.

Miro el camino recorrido… y recuerdo la palabra inteligente y emotiva de Víctor Jara[12], la profunda voz de Atahualpa Yupanqui[13] y mi silencio ante sus inmensidades. Una y otra vez el disco de Violeta Parra, una y otra vez el cassette la voz de Amparo Ochoa[14], una y otra vez Alí Primera[15], el quechua de José María. ¿En qué radica el poder de una canción… ? ¿Qué es lo que dijeron los Beatles[16], qué es lo que dice Leonard Cohen[17]…. A ver, vamos traduciendo… ?

¿Es posible ser bicultural, tricultural? ¿Es posible ser multidimensional? ¿Cuántos puntos de contacto tiene una esfera? ¿Acaso somos como una esfera, multidimensional interrelacionada por hilos de energía con millones de otras esferas similares? esferas vibrantes, esferas sonoras, vitales.

Mi memoria viaja hasta la infancia y adolescencia en el campo. “Y sin música la vida sería un error” leí del sabio y loco alemán… Nietzche, y claro no solamente sería un error, simplemente no existiría. La humanidad, el universo, el medioambiente, los seres vivos no existirían sin movimiento – que es vibración y que es sonido – la vida no sería.

¿Qué hacemos pues como investigadores de la música sino tratar de comprender la vida? Similar a cualquier pretendido científico occidental u occidentalizado, sin duda, que anda tratando de entender y a veces infructuosamente de controlar la vida. A pesar de que gran cantidad de músicos, poetas, artistas, en su divina locura dicen que no hay nada que entender, que hay que saber estar, escuchar, sentir, saber ser… y pienso que Shakespeare se equivocó y que no era un asunto de ser o no ser sino de saber ir siendo, tratando de entender, mejor de comprender, algo de lo que acontece y que nos motiva a actuar, aplicando, supuestamente, nuestro libre albedrío.

Decía, recordando, que me veo una y otra vez tratando de sintonizar, entre el río y los arenales, la emisora de radio más remota, la BBC de Londres, radio Habana Cuba, Caracol que cubre a Colombia o escuchar idiomas desconocidos para nosotros. Porque la radio hacía ya tiempo había reducido el espacio entre la ciudad y el campo, como lo hicieron antes los arrieros que llevaban y traían canciones, minerales, el oro, la plata y sus tristezas bien entonadas: “Ay! vidallay, vida, vidalita”[18] al ritmo del andar de las mulas, muliza[19].

Pienso que hubiera sido bueno conocer a Carlos Vega[20] para contarle que a veces nos gustaba más Agustín Magaldi[21] que Carlos Gardel[22], en aquel caserío campesino con olor a cabra y algarroba, absolutamente rural y moderno… claro que respecto a Piazzolla[23] mi padre y yo nunca nos pusimos de acuerdo. Como no me hubiera puesto nunca de acuerdo con Carlos Vega sobre el término mesomúsica, quizás porque desde mi visión campesina los lenguajes musicales, son como corrientes, ríos, riachuelos, cascadas, que se interconectan, fluyen y se interinfluyen, tejiéndose en el aire, simpay, trenzándose, dicen los que saben desde hace más de 5,000, 7,000, no sé cuántos años.

Pero sí conocí a su alumna Isabel Aretz[24], y supe de sus composiciones de música electrónica cuando estiraba las voces de cantos indígenas grabados en alguno de nuestros étnicos y contemporáneos países y luego presentaba su modernísima composición en algún festival holandés. ¿Y eso vale? me preguntaba yo con inocencia casi infantil, ante una electrónica producción musical en la capital venezolana. Era fines de los años 70. Aún Jorge Carvalho[25] no había acuñado el término de “canibalismo musical”, que seguramente ya se le había ocurrido (a mí no se me hubiera ocurrido), aunque el caso es un tanto diferente, porque era un uso de elementos musicales de una comunidad indígena, incrustados en una pieza académica, tal vez con la intención de que tal elemento exótico conlleve cierto matiz de autenticidad americana o latinoamericana, en tanto los productores indígenas de dicha música posiblemente ignoraban cómo se estaba utilizando su música.

Muchas otras cosas estaba aprendiendo y desaprendiendo en las clases del INIDEF[26] en Venezuela, con Terry Agerkop[27] –maestro de tai-chi, nacido en Surinam, que se hizo guitarrista porque se fascinó con el flamenco y que siendo ingeniero de minas o geólogo y se volvió etnomusicólogo… o el austriaco Gerard Kubik[28], muy molesto porque no todos los investigadores del tercer mundo teníamos grabadoras… o con el venezolano afrodescendiente Miguel Acosta Saignes[29] y su hermosísima esposa vestida de indígena. Inolvidable.

En aquellos años en Caracas, se escuchaba “Pedro Navaja”[30], esa historia que puede ocurrir en cualquier lugar del mundo, más ahora – a más de 30 años – que la violencia es parte intrínseca de la economía de mercado, la música – la producción musical va cumpliendo extrañas alianzas con otras industrias formales e informales, como siempre ha sido desde la primera globalización allá en 1492. Pienso que una segunda globalización – por la velocidad de la comunicación – fue el invento de la electricidad y de la radio. (Y las grabaciones). Y ahora estamos en otro estadio de las globalización, en la era digital.

Y ¿cómo que la salsa no es salsa, sino que es son cubano tradicional antiguo, lanzado como gran negocio desde Nueva York la capital del mundo… ?   (y entonces ¡que los cubanos cobren patente y derechos de autor a todos los bailadores y fiesteros del mundo y van a solucionar su problema económico!) Y allí estaban Willy Colón[31] y Rubén Blades[32] en la carátula del LP con su puño en alto, como boxeadores… ah! el poder de la canción!.

Algún tipo de poder debe tener una canción para que se cante en la cuna y se cante en la guerra. Algún poder debe tener una canción para que asesinen así a Víctor Jara, al bueno de John Lennon[33]. Algún poder ha de tener la canción, la música, para que persigan a todo aquel joven andino que lleve un libro, un charango, una quena, una zampoña en su morral, en su mochila o debajito de su poncho.

“Es que se persigue el pensamiento, la ideología”, me diría un flamante militar acariciando su arma, ¿Y cómo sabe usted cuál es la ideología del que hace música instrumental? le preguntaría yo como para dejarlo pensando, aunque no sé si en esa curva del camino ese militar pensaba todavía; cumplía órdenes, y especialmente tenía que disparar a todo aquel que cantase waynos, tocase sikuri porque esos que tocan, nos han dicho, que son terroristas, decía[34]. Y por esas formas de obedecer sin pensar, hasta nuestro actual presidente de IASPM_AL sospechosamente charanguista, sospechosamente andino, sospechosamente Mendívil[35], estuvo detenido como sospechoso.

Desde nuestras historias personales, los contextos donde hemos vivido, los estudios sistemáticos realizados en distintas disciplinas, las lecturas, conversaciones con maestros y maestras, música que hemos escuchado, aprendido, tocado, analizado… nuestros propios pensamientos y sentimientos, todo se condensa aquí, nuestro afán sincero, inteligente y apasionado, como trabajadores de la investigación musical desde diferentes perspectivas. (Con sumo respeto por los trabajos que realizan, imagino sus batallas personales e institucionales en estos tiempos complicados y violentos)

Pienso que nuestras vidas son multidimensionales, que hacemos música, que somos maestros, que tenemos familia, que investigamos y tratamos de difundir lo que vamos sistematizando; es tan sencillo y tan complicado a la vez, pues en cada momento estamos ejerciendo algún tipo de poder y vamos siendo –kachkaniraqmi en interrelación permanente con otras personas y poderes, y de acuerdo al contexto, somos parte de la reproducción de la vida, como la música misma en diferentes contextos y momentos.

Además de música, antropología, literatura, filosofía y otras ciencias humanas hay quienes siguieron estudios académicos de ciencias médicas, físicas y matemáticas, como mi profesor de acústica César Bolaños[36], el mismo Danilo Orozco, formación que va a influir y a veces se convierte en elemento sustancial para la praxis científica musicológica. En nuestra praxis investigativa somos interdisciplinarios, nuestro intelecto va trabajando, a una velocidad que no controlamos, con gran cantidad de datos incorporados en diferentes momentos de nuestras vidas, transcurridos en diversidad de contextos socioculturales, temporales/espaciales.

De mi parte, doy testimonio aquí, que había abandonado las ciencias económicas que seguía en una universidad nacional en Perú, para ser música y musicóloga, no me daría cuenta sino mucho tiempo después que las ciencias económicas no me dejarían a mí, especialmente para comprender la música como producción socioeconómica cultural y humana realizada con cierto tipo de relaciones materiales, sociales e ideológicas, en procesos históricos y en cadenas de producción/distribución y consumo, como cualquier bien material que satisface necesidades personales y colectivas en cualquier sociedad.

La primera aproximación analítica, que hice aún siendo estudiante universitaria, fue aplicar el concepto de “mercancía” explicada por Marx[37] en el primer y segundo capítulo de El Capital, a la música. Valor de uso, valor de cambio de una canción. Veamos. Una pieza musical, una canción es un bien comercializable, entonces dónde está su valor de uso, cómo se precisa su valor de cambio. Dónde está la fuerza trabajo, quién la pone, quiénes son los dueños de los medios de producción, quiénes son los obreros, los empresarios, cómo se forma y precisa la fuerza de trabajo, dónde y cómo se produce la plusvalía y quién se la lleva. Teniendo en cuenta, además que no solamente existe plusvalía económica, contante y sonante, sino que también existe la plusvalía ideológica, como bien había escrito el venezolano Ludovico Silva[38] y había explicado en su texto “anti-manual para marxistas, marxólogos y marcianos”, junto con el texto específico sobre la plusvalía ideológica.

Aunque las cadenas productivas de música en las diversas culturas, no necesariamente son al estilo industrial/capitalista, el análisis desde las enseñanzas marxistas para el desmontaje y análisis del sistema, fue bastante útil para mí, justamente porque me daba herramientas de constatación o de contrastación, no siempre funcionaba así en otros contextos socioculturales. Tiempo después ya en 1987 escribí un texto titulado “Los procesos de producción artística”[39], publicado recién el 2005.

Entonces, en los 80, no se hablaba de industrias culturales, en realidad debería decirse industrias de la producción artística, pues la industria (es decir la producción de bienes en serie) es una forma cultural también, mejor dicho todas las industrias son formas culturales y no al revés – aunque todos asumen que se refiere a bienes artísticos, el concepto es muy tramposo porque resulta que toda la demás producción agraria, ganadera, minera, pesquera, arquitectónica, de tecnología diversa, mecánica, eléctrica, electrónica o mecatrónica… se supone que no es cultural – he allí una manipulación conceptual desde los entes gobernantes en alianza con los científicos sociales y las fuentes del poder político económico del mundo.

Y entonces, considerando la música un bien socioeconómico, además de sociocultural, (un bien que afirma intelecto y emoción, mundo objetivo y mundo subjetivo) cada vez que veo una orquesta, una banda, un coro, un grupo humano haciendo música, pienso que son trabajadores del arte, organizando su fuerza de trabajo para producir bienes que satisfacen la necesidad estética que los seres humanos necesitan para ser, para afirmar y desarrollar su condición humana, trascendiendo sus necesidades primarias animales[40] – dependientes de sus sentidos físicos – para lograr una plenitud eminentemente humana, afirmando la dimensión estética de su vivir; aquí he de agradecer el profundo y gran trabajo del filósofo Adolfo Sánchez Vásquez [41]y su afirmación de que el arte por el arte no existe, sino que es por y para los seres humanos.

De esa condición humana habla el primer artículo de la declaración universal de los derechos humanos, sociales, económicos y culturales[42], declaración que es una de las herramientas ideológicas, conceptuales y jurídicas que promueven un respeto y equidad entre todo ser humano, en todo lugar y circunstancia, expresando así la intención humana por una anhelada convivencia pacífica.

Bien sabemos que los derechos humanos, sociales, económicos y culturales no se cumplen en ningún lado, a veces ni siquiera parcialmente y que al contrario pareciera que existieran decisiones políticas adrede, que se orientan y aplican hacia la sujeción, dominación y control físico, intelectual y afectivo de los seres humanos, no para afirmar su derecho de ser a plenitud, sino para convertirlos en productores/clientes consumidores rentables.

Sin embargo también existen movimientos de afirmación de los derechos humanos, sociales, económicos y culturales, que de manera formal (la mayor parte de las veces de manera informal, de resistencia en defensa de la vida) asumen una afirmación integral del derecho a disfrutar respetuosamente la vida, trabajando constantemente por el derecho a la vida y la libertad, contra la tortura, contra toda forma que violente el derecho a ser digno, de cualquier persona en cualquier circunstancia, por el derecho a la educación, a vivienda, a trabajo digno, salario justo, por el derecho a un medioambiente sano, derecho al arte, el libre pensamiento (y ¿el libre sentimiento?)

Dentro del marco conceptual, amplio e integral de los Derechos humanos, sociales, económicos y culturales, así como afirmando la Declaración de los Derechos Humanos de niños y niñas, los Derechos Colectivos de los Pueblos Indígenas, podríamos ubicar tanto la praxis musical como la praxis de la Investigación de la Música, entonces se tendría que tutelar tanto el derecho de hacedores y receptores de música, como también de los trabajadores académicos que enseñan música, los pedagogos y los trabajadores que investigan la música.

Al tener en cuenta que toda música es producción humana, que de alguna manera ordena sonidos con instrumentos, para cumplir funciones sociales peculiares, y que como lenguaje tiene sus propios códigos y es parte de la cultura de quienes la producen y consumen, digo, al tener en cuenta estas premisas, nos podemos sentir libres de asumirnos como Investigadores de la Música, musicología, a secas, superando clasificaciones y más aún las calificaciones a-priori.

Pues una historia de dominación y colonización entre pueblos, nos ha llevado o nos ha traído hasta aquí, siglo XXI año 2014, a estar segmentando el conocimiento, segmentando los quehaceres humanos, disgregando nuestra propia praxis intelectual, poniendo cortapisas y calificando pre-juiciosamente los quehaceres humanos los procesos intercomunicacionales y las mutuas influencias y compartires conscientes e inconscientes, que se han dado a través de la historia y los contactos sociales.

Nuestra actividad de Investigación de la Música se comprende como una actividad científica que va construyendo conocimiento a través de la aplicación de diversos métodos y técnicas. Dentro del propio IASPM-AL existe una diversidad de temáticas y aplicación de diversas técnicas y metodologías de investigación, además que cada uno de nosotros, de nosotras, vive en cierto contexto sociocultural y académico en el que sitúa su trabajo. (digamos que toda persona vive en varios niveles de interrelación, en este mundo globalizado – mundo personal, familiar, barrial, rural o citadino, regional, nacional, internacional, mundial)

Los investigadores de la música, como cualquier otro científico, ejercemos como mediadores al sistematizar las praxis musicales, elaborar explicaciones, dar testimonios, escribir la historia, etc. en fin, producir una serie de materiales que de una u otra manera retornan a la sociedad, a los colectivos, a músicos y escuchas, a las instancias gubernamentales, al público en general.

¿Dónde radica el poder de los investigadores de la música? … ¿quién o quiénes les otorgan poder?

Como todo producto del conocimiento, no es en la actividad científica en sí misma donde radica su poder (aunque sea un poder el poder investigar) sino en las implicancias que puedan tener esos conocimientos en la sociedad, sean para colectivos especializados o no

Esta dimensión de aplicación social o sociocultural de la producción intelectual, implícita en todo trabajo que se hace público, exige de antemano una responsabilidad ética.

Entonces me parece interesante reflexionar sobre los diferentes niveles éticos en la práctica investigativa, desde la ética que implica el compartir, enriqueciendo la intercomunicación con las personas músicos en los contextos socioculturales, familiares, grupales, con quienes se investiga, hasta la aplicación práctica de las investigaciones. Por un lado se afirma el derecho al conocimiento, en esa construcción compartida y por otro lado los avances de investigación se proyectan hacia la sociedad en diferentes ámbitos.

Recuerdo una conversación en Cuba, con el maestro Argeliers León,[43] la primera vez que fui a La Habana en 1982. Recuerdo ahora que en aquella oportunidad así como a Silvio Rodríguez[44] le hice una pregunta impertinente[45], también a Argeliers pregunté algo cuya respuesta me dejó pensando, aunque esta pregunta fue en privado y no en público como fue con Silvio.

Al maestro Argeliers pregunté qué se hacía desde la política cultural de Estado – en plena construcción del Socialismo – con todas las experiencias musicales y dancísticas vinculadas a la práctica religiosa. Se suponía que desde la teoría marxista “la religión es el opio del pueblo” y en tal sentido, cómo se hacía desde una política formal y legalmente atea, para llevar a otros niveles de conciencia y praxis sociales todo el asunto de la vida musical/religiosa.

Entonces el maestro me dijo que se trataba de llevar esos bienes artísticos – música, danza- a otros contextos, a ceremonias, fiestas, eventos que celebrasen la vida, el trabajo, la historia, la sociedad, en fin, en un calendario cultural diferente a su original.

Sin duda era una actitud “políticamente correcta” desde la visión estatal, pero me dejaba la duda sobre la música llamada santera, en sí, en su contexto ritual/sagrado, sus significados socioculturales, su aplicación médica y como alternativa para disfrutar la vida respetuosamente. Aunque otra alternativa plausible y que finalmente ocurrió históricamente, era que existiera dicha música en ambos contextos, claro que bien sabemos que es imposible que sea igual; en todo caso una larga tradición religioso-cultural oral afrocubana nutrió y sigue nutriendo otros espacios y prácticas socio artísticas y culturales en Cuba. Una vez más se puede constatar entonces que un nuevo contexto o práctica, una nueva versión no necesariamente elimina la anterior. La visión progresiva y unilineal evolutiva, que a veces nos han enseñado, es contrastada y negada muchas veces en la práctica. Una cosa nueva no necesariamente elimina la anterior.

Las prácticas religioso/artísticas culturales de la santería[46] en Cuba, las prácticas rituales medicinales en la Amazonía con los Ikaros[47], cantos para sanar, motivaron mucho tiempo mi atención, sin embargo, no ha sido hasta hace pocos meses, que decidí por invitación de un maestro peruano Arturo Kike Pinto[48], a asistir y compartir una ceremonia con Ayahuasca, donde he podido experimentar el poder de la música, del sonido, que logra conectar una persona con otras dimensiones de la existencia o de la energía. En ese estado especial de conciencia es la vibración sonora la que permite activar un poder, el poder de la planta, el poder del maestro, el poder de la persona que recibe el impacto de las vibraciones sonoras – que canta el maestro en Ikaros – el poder de la vida.

Algunos investigadores médicos, biólogos y de otras especialidades, vienen tratando de entender cómo funcionan estos rituales mágico religiosos, (a veces le llaman etno-ciencia) con el sentido occidental de entender, medir, contar, sacar estadísticas, tratar de homogenizar o de generalizar, cuando de verdad es posible que lo más aconsejable y necesario, sea como dicen los artistas en su divina locura, dejarse estar, no hacer nada, vivir la experiencia y ya; no tienes más nada que entender, es el experimentar, es el saber, intransferible.

Entonces, volviendo a la necesidad ética de toda persona en su vivir, recuerdo a Danilo Orozco, también cuando conversa sobre el “compromiso de vida”. Una primera actitud ética de todo investigador o investigadora, pienso (más allá de la discusión que es lo ético y lo émico) es el respeto y la actitud del compartir un proceso de elaboración de conocimiento. Voy a citar otra vez a Danilo Orozco, cuando habla de “compromiso de vida”. Es una frase que implica un compromiso ético y de interrelación respetuosa con los grupos de música, familiares, comunales con quienes se trabaja.

“El trabajo de campo que demanda la etnografía junto con el enfoque sociocultural, te dan una relación contextual profunda y concreta que es fundamental. El trabajo con músicos, familias de músicos o cultores como ustedes llaman, te revela todo un mundo, siempre y cuando tengas ubicadas ciertas líneas de la trama. Para ello es importante el enfoque específicamente antropológico-cultural, porque tú debes conducir el análisis a partir de bases empíricas y no sólo a nivel especulativo. Yo no creo tener la verdad absoluta ni mucho menos, pero sí puedo presentar unas cuantas bases concretas cuando afirmo algo”.

“En mi caso particular, durante muchos años he llevado a cabo – junto a otros colegas y músicos, como Leo Brouwer una práctica que llamo “promoción de vida” en el sentido de la elevación del nivel de intercambio socio comunicativo.[49]

Sabemos que el saber da poder, un poder de tipo socio político, un poder que es tal, siempre y cuando se establezcan lazos o relaciones en las instancias organizativas – sean gubernamentales o no – para que dicho saber sea compartido y enriquezca la praxis de otras personas y colectivos.

No quisiera hablar aquí de las pequeñas o grandes formas del poder – dentro de la administración de las carreras académicas – el poder administrativo en el sistema universitario –   el poder de un profesor frente a sus estudiantes, el poder de un jurado frente a postulantes, el poder de publicación de algo…. ¡Que viva internet!

Pienso también que es posible la objetividad científica, es decir la comprensión de los procesos musicales más allá de un gusto personal y que la aplicación de los conocimientos adquiridos y la responsabilidad frente a la sociedad no se da solamente por dicha objetividad científica, sino por una subjetividad comprometida con la transformación o con cualquier tipo de impacto que la difusión del conocimiento y su aplicación, pueda tener en la praxis social.

El ejercicio del poder tiene que ver con una voluntad que expresa la subjetividad personal, es decir las convicciones intelecto-afectivas, del pensar/sentir del científico o científica que asume así su libertad.

Hasta aquí, pensando en las posibilidades diversas de todo investigador o investigadora a nivel personal. Sin embargo, estamos en red, estamos en una Asociación de Investigadores.

IASPM – Al se propone como un ente académico en el que se hacen avances en el conocimiento y comprensión de fenómenos o procesos musicales. Muchos de sus estudios dan testimonio histórico de lo que va sucediendo.

Hacia el interior del propio IASPM-AL ¿cuáles serían las responsabilidades como instancia colectiva hacia sus propios miembros?. El diálogo permanente enriquece el trabajo intelectual individual de sus miembros, se producen algunas veces espontáneamente conversaciones, reflexiones que se han convertido en libros, es una construcción colectiva de conocimiento[50].

Y hacia el exterior de IASPM-AL ¿Qué perspectivas, proyecciones o influencias puede tener en la sociedad los estudios sobre la música, las investigaciones musicales en general y de qué manera?

¿Basta con la difusión de actas, avances históricos, descripciones y análisis de tal o cual muestra de música?

Decía líneas arriba, que al estudiar el movimiento – que es sonido – estamos tratando de comprender la vida misma. Si se llega a saber algo sobre la vida tal vez también nos aproximamos a conocer algo sobre la no vida, sobre la muerte.

Cuando nombramos algo, calificándolo, no solamente nombramos a la cosa en sí, sino también estamos delimitando lo que no es la cosa en sí. Por eso que al nombrar qué es la música popular, estamos señalando ciertos límites, límites de adentro y de afuera, lo que sí se entendería como música popular y lo que se entendería como música no popular.

Pero nombrar las cosas que a veces nos lleva mucho tiempo de discusión e intercambio de mensajes, es apenas un hecho anecdótico en nuestras vidas. No es ni siquiera un gran conocimiento. (a veces nombramos las cosas en tono difícil, epistemología)

Otra cosa es conocer, comprender la materia medular de nuestra ciencia que es el sonido, que bien sabemos que es movimiento que los seres humanos medimos en frecuencias o sea cantidad de ciclos por segundo – y que también sabemos que llegan a nuestro cuerpo, pero que nuestro oído solamente procesa entre 35 y 18 mil a 20 mil vibraciones por segundo. Por encima, el ultrasonido, que producen y escuchan insectos o ballenas, supera las frecuencias de 100,000. Por debajo de 35 fr. por segundo, tampoco escuchamos, pero nuestro organismo sí puede ser impactado por este tipo de frecuencias.

Ultrasonido e infrasonido, que no vemos, ni escuchamos, están siendo utilizados por ejemplo para operaciones médicas que destruyen las piedras de la vesícula, las vuelven arenilla y las extraen del cuerpo humano, así también , los cantos ikaros son parte de las medicinas tradicionales amazónicas, para sanar, para relacionarse armónicamente con la vida.

Pero lamentablemente el sonido también se usa para matar. Sabemos que se están fabricando armas de sonido, que pueden causar náuseas, vómitos, que desequilibran todo el organismo porque impactan en la vibración de nuestro propios órganos internos; también pueden quemar, producir lesiones heridas inexplicables; esta técnica sonora está siendo utilizada contra manifestantes en diversos lugares del mundo.

Los inventores de estas armas dicen que son “armas no letales”[51], sin embargo ya sabemos cómo están procediendo los ejércitos en guerras formales y no formales, que diciendo defenderse matan y queman gente de todas las edades, niños, niñas, civiles de cualquier edad. La ONU se ha manifestado contra las armas químicas, pero nunca he visto que se manifieste contra las armas de sonido.

Bien sabemos también que las ondas sonoras que usan buques o submarinos explorando las riquezas en el fondo marino están causando la destrucción de órganos internos de los seres del mar – de los delfines, por ejemplo.

Es posible, que algunos colegas opinen que es una temática que desborda nuestros objetivos académicos, que investigamos la música pero que esos asuntos se refieren a acústica y que corresponden a otros colectivos de los que defienden la naturaleza, los románticos de Greenpeace[52], los físicos. Algunos colegas podrían decirme que me vaya a otra lista. Quién sabe.

¿Nos toca o no aplicar el poder colectivo de esta red, que la propia sociedad nos confiere? ¿Y si no nos confiere ese poder, debemos tomarlo porque lo entendemos como necesariamente ético?

En el Congreso de IASPM en México 2007, hubo ponencias que explicaban el uso de la música para influir en la voluntad de las personas e inducirlas a comprar. La aplicación del conocimiento para la manipulación mental y afectiva de las personas ¿podríamos considerar como falta de ética? ¿Es correcto o es justo, que se utilice el conocimiento en contra de las personas y a favor solamente de una exitosa ganancia económica? Sin duda se sentirán muy exitosas las personas que hicieron esa música para causar un impacto de ese tipo – en un supermercado- . Pienso que engañar no es ético, hacer música para engañar, no es ético; saber o tener conocimiento del engaño y no decir nada ¿nos convierte en cómplices?

¿Hasta dónde puede o debe llegar el compromiso del investigador(a) con la sociedad y el tiempo en que se vive?

¿Por qué las Actas de un Congreso solamente son las ponencias presentadas y no ningún tipo de acuerdo, de declaración o manifiesto que tenga un impacto o por lo menos una presencia para debatir, reflexionar, cuestionar o motivar legislaciones plausibles respecto al uso del sonido, la música, en los diferentes estamentos, por llamar de algún modo, de la sociedad?

¿Por qué hasta ahora no hacemos ningún tipo de declaración frente a la polución sonora, por ejemplo?

Si conociendo las relaciones que existen entre la industria de la música y las otras industrias legales e ilegales – como el narcotráfico – no decimos nada y callamos, ¿no nos volvemos un tanto cómplices de la violencia implícita en las relaciones sociales, existentes en la actualidad?

A nivel personal, individual, cada quien tiene su sentido ético, cada quien resuelve su vida laboral, trata de conseguir financiamiento para sus investigaciones, cumplir con requisitos, parámetros, ganarse una beca, ganarse un premio, un puesto laboral… es una pelea permanente porque toca defender un área del arte y el conocimiento, subestimado por los sistemas burocráticos, llenos de tecnócratas mercantilistas y rentistas. No era falsa la afirmación de Marx que el capitalismo es hostil al arte… (salvo, como decía Mariátegui[53] que los artistas sean serviles al sistema)

Bien sabemos que en la mentalidad rentista de la educación, tanto el arte como sus investigadores están, estamos de más. Es entonces cuando podríamos tener en la Declaración Universal de los Derechos Humanos, Sociales, Económicos y Culturales, un marco jurídico de defensa integral de las prácticas musicales, pedagógicas y musicológicas.

De mi parte y con toda humildad, trato de que los textos publicados puedan ser compartidos en el sistema educativo – que se vuelvan materiales didácticos para aportar al conocimiento teórico y práctico de los lenguajes musicales- por ejemplo, es una tarea asumida personalmente como parte de mi propio compromiso académico, digamos así.

Teniendo en cuenta que la dinámica histórica social en mi país, ha privilegiado el conocimiento, la promoción y difusión de ciertos lenguajes musicales hegemónicos, subestimando, despreciando, cuando no reprimiendo – con persecución y hasta con castigo- los lenguajes que corresponden a otras culturas en mi propio país, asumo entonces un compromiso personal, que para mí es imperativo ético, el que la actividad musicológica apunte a afirmar el derecho de personas y culturas, histórica y socialmente discriminadas, subvaloradas, marginadas. No con un criterio compasivo sino por un criterio de justicia y de aportar al conocimiento para la transformación profunda de nuestras injustas sociedades.

Y siguiendo el pensamiento socialista de José Carlos Mariátegui, es bueno para mí resumir mis actividades como especialista, diciendo que bien vale trabajar bajo el lema “Por el pan y la belleza…” complementando la idea con la frase contemporánea y esperanzada de que “otro mundo es posible”. “Por el pan y la belleza, otro mundo es posible”.

No pretendo que una opción personal sea la de todos. Sin embargo lo que sí quiero señalar es la importancia que tendría una discusión, un intercambio de ideas sobre el poder colectivo de IASPM-AL, sobre decisiones políticas (en el mejor sentido del término) y si debemos asumir o no, como colectivo, algún tipo de declaración pública como culminación de un Congreso, por ejemplo, colectivamente.

Podrían ser sobre asuntos muy generales que atañen a todos nuestros países latinoamericanos respecto a las prácticas musicales, el derecho al arte, la formación en música, la formación de pedagogos, investigadores y la necesidad de mayores presupuestos para la afirmación del derecho al arte como parte imprescindible de los Derechos Humanos Sociales Económicos y Culturales.

Podría ser levantar la voz para decir que estamos en desacuerdo con el uso del sonido como arma. Que existe la polución sonora y que es necesario tomar medidas al respecto. Que existe el derecho de ser a plenitud y que la praxis artística es importante en la formación integral de todo ser humano.

En fin, tal vez sea solamente decir kachkaniraqmi, todavía somos , aquí estamos, en este tiempo en nuestras sociedades, en nuestro continente aún es posible establecer relaciones armónicas, respetuosas con la naturaleza, con nuestra propia naturaleza y con la tierra y el cosmos en este tiempo.

A veces, en la lista IASPM—AL he escrito palabras en quechua, algunas palabras cuyo sentido profundo me mueve también a decir aquí, y es que les deseo Sumaq Kawsay, con todo el cariño, deseo que todos tengan y tengamos un Buen Vivir, una vida hermosa, que la música nos acompañe con sus mejores vibras para el bienestar personal y colectivo, al interior de IASPM-AL y fuera de él.

No quiero terminar sin manifestar un grato recuerdo por las personas que partieron Jean Fairley y Danilo Orozco.

Muchas gracias a todos ustedes, amigas, amigos.

A Julio y toda la directiva de IASPM-AL que me hicieron volver.

Queda pendiente aún la publicación de todas las actas del Congreso en Lima, 2008

Chalena Vásquez
Musicóloga – www.chalenavasquez.com   – Chalena Vásquez R. En facebook – Chalena Vásquez en youtube

[1] Héctor Villalobos. (Río de Janeiro, 5 de marzo de 1887 – Río de Janeiro, 17 de noviembre de 1959) importante y trascendental músico y compositor que acuñó la frase “el folklore soy yo”.

[2] Tom Jobim (Río de Janeiro, 25 de enero de 1927 – Nueva York, 8 de diciembre de 1994) importante compositor de música popular cuyas canciones se escuchan como tradicionales de la identidad brasilera, como Chica de Ipanema. Su prolífica actividad trasciende los límites territoriales brasileros.

[3] Elis Regina Carvalho Costa, conocida popularmente como Elis Regina (Porto Alegre, 17 de marzo de 1945 – São Paulo, 19 de enero de 1982) fue una cantante brasileña considerada una de las mayores representantes del género musical conocido como MPB (música popular brasileña). Su temprana muerte, a los 36 años, se debió a una sobredosis de cocaína y alcohol, aunque se baraja la teoría de que habría sido víctima de la dictadura imperante.1 Muchos críticos, músicos e intérpretes la consideran una de las mejores cantantes de Brasil.1

[4] Roberto Carlos Braga (Cachoeiro de Itapemirim, 19 de abril de 1941),1 conocido como Roberto Carlos, es un cantante y compositor brasileño, uno de los principales representantes de la MPB, y uno de los artistas latinos que más discos ha vendido en todo el mundo, más de 100 millones de copias. Uno de los iconos más populares y reconocidos de la música brasileña en el mundo.

[5] Saudade (del portugués saudade)1 es un vocablo de difícil definición incorporado al español empleado en portugués y en gallego, que expresa un sentimiento afectivo primario, próximo a la melancolía, estimulado por la distancia temporal o espacial a algo amado y que implica el deseo de resolver esa distancia. A menudo conlleva el conocimiento reprimido de saber que aquello que se extraña quizás nunca volverá. 2 El escritor portugués Manuel de Melo la definió en 1660 como «bem que se padece e mal de que se gosta» (bien que se padece y mal que se disfruta).3 Dada la dificultad de su traducción y su extensa y ambigua definición, el término fue incorporado en su forma original al habla española, y se utiliza también en otros idiomas.

[6] Yemayá. Divinidad, deidad u orisha perteneciente a la cultura religiosa africana, asociada al mar.

[7] Fernando García Arancibia (nacido en Santiago de Chile el 4 de julio de 1930)

Importante compositor y docente chileno, vivió exiliado en Perú y Cuba durante la dictadura de Pinochet. En su estancia en Perú fundó el Taller de Investigación Musical y trabajó en el INC Instituto Nacional de Cultura y en la elaboración del Mapa de Instrumentos de Uso Popular en el Perú.

[8] José María Arguedas, (Andahuaylas 18 enero 1911 – Lima, 2 diciembre de 1969) Literato y etnólogo peruano, bilingüe quechua, novelista y poeta, cuya obra es de profunda significación en la historia de la cultura peruana; reivindicó la importancia de la cultura andina promoviendo a sus cultores, especialmente músicos y danzantes.

[9] Kachkaniraqmi!, todavía somos, aquí estamos, palabra clave en la poética arguediana, aparece reiterada en su poema “A nuestro padre dios Tupac Amaru”.

[10] Danilo Orozco González (Santiago de Cuba, 1944 – 26 de marzo de 2013) físico y matemático, musicólogo investigador y profesor cubano, desarrolló profundos estudios de la cultura musical cubana, en su labor docente guió a innumerables jóvenes en sus Talleres de musicología; su actividad se destaca por su preocupación en teoría, métodos, técnicas de investigación y la mirada integral de los procesos histórico musicales de su país y el mundo.

[11] César Abraham Vallejo Mendoza (Santiago de Chuco, 16 de marzo de 1892-París, 15 de abril de 1938) fue un poeta y escritor peruano. Es considerado como uno de los más grandes innovadores de la poesía del siglo XX y el máximo exponente de las letras en su país. Es, en opinión del crítico Thomas Merton, “el más grande poeta católico desde Dante, y por católico entiendo universal” y según Martin Seymour-Smith, “el más grande poeta del siglo XX en todos los idiomas”.

[12] Víctor Lidio Jara Martínez (Provincia de Ñuble, 28 de septiembre de 1932 – Santiago, 16 de septiembre de 1973) fue un músico, cantautor, profesor, director de teatro, activista político y militante del Partido Comunista de Chile. La figura de Víctor Jara es un referente internacional de la canción protesta y de cantautor, y uno de los artistas más emblemáticos del movimiento músico-social llamado «Nueva Canción Chilena».

[13] Atahualpa Yupanqui seudónimo de Héctor Roberto Chavero Aramburu1 (Argentina, 31 de enero de 1908 – Nîmes, Francia, 23 de mayo de 1992) fue un cantautor, guitarrista, poeta y escritor argentino.

[14] María Amparo Ochoa Castaños (Culiacán, Sinaloa, México, 29 de septiembre de 1946 – 8 de febrero de 1994) mejor conocida como Amparo Ochoa, fue una cantante mexicana, perteneciente a la generación de cantautores de la década de los sesenta, figura de la entonces naciente Nueva Canción.

[15] Ely Rafael Primera Rosell, mejor conocido como Alí Primera1 (Coro, Falcón, 31 de octubre de 1941 – Caracas, 16 de febrero de 1985) fue un músico, compositor, poeta y activista político y militante comunista venezolano. Su obra constituye patrimonio cultural venezolano.

[16] The Beatles fue una banda de rock inglesa activa durante la década de 1960, y reconocida como la más exitosa comercialmente y críticamente aclamada en la historia de la música popular. Formada en Liverpool, estuvo constituida desde 1962 por John Lennon (guitarra rítmica, vocalista), Paul McCartney (bajo, vocalista), George Harrison (guitarra solista, vocalista) y Ringo Starr (batería, vocalista).

[17] Leonard Norman Cohen (Montreal, 21 de septiembre de 1934) es un poeta, novelista y cantautor canadiense. Como músico ha desarrollado una carrera con una continua exploración de temas como la religión, la política, el aislamiento, las relaciones personales y la sexualidad,1 y ha sido definido por el crítico Bruce Eder como «uno de los cantantes y compositores más fascinantes y enigmáticos de finales de los 60. Ha conservado un público a través de cuatro décadas de música. Solo por detrás de Bob Dylan —y quizás Paul Simon— en términos de influencia, llama la atención de la crítica y de jóvenes músicos con más firmeza que cualquiera otra figura musical de la década de 1960 que aun está activo en el siglo XXI»

[18] Vidala, vidalita. Forma musical argentina cuyo nombre al parecer viene de vidallay, quechua, mi vidita, cantar de los arrieros que llevaban productos minerales entre Cerro de Pasco – Perú y el Río de la Plata, Argentina.

[19] Muliza. Forma musical cuyo nombre deviene del andar de las mulas que transportaban minerales.

[20] Carlos Vega (Cañuelas, provincia de Buenos Aires, 14 de abril de 1898 – Buenos Aires, 10 de febrero de 1966) fue un musicólogo, compositor y poeta argentino, considerado el padre de la musicología argentina. Propuso el término mesomúsica para distinguir ciertas especies musicales “escuchadas por todos” y que se diferencia de la académica, folklórica y/o étnica.

[21] Agustín Magaldi Coviello (Casilda, Santa Fe, 1º de diciembre de 1898 – Buenos Aires, 8 de septiembre de 1938) fue un eximio músico, compositor y cantor de tango argentino.

[22] Carlos Gardel fue un cantante, compositor y actor de cine. Es el más conocido representante del género en la historia del tango. Iniciador y máximo exponente del “tango canción”,1 fue uno de los intérpretes más importantes de la música popular mundial en la primera mitad del siglo XX,2 por la calidad de su voz, por la cantidad de discos vendidos (como cantante y como compositor), por sus numerosas películas relacionadas con el tango y por su repercusión mundial.

[23] Astor Pantaleón Piazzolla (Mar del Plata, 11 de marzo de 1921 – Buenos Aires, 4 de julio de 1992) fue un bandoneonista y compositor argentino, considerado uno de los mejores músicos del siglo XX.1 2 Estudió armonía y música clásica y contemporánea con la compositora y directora de orquesta francesa Nadia Boulanger (1887-1979). En su juventud tocó y realizó arreglos orquestales para el bandoneonista, compositor y director Aníbal Troilo. Cuando comenzó a hacer innovaciones en el tango en lo que respecta a ritmo, timbre y armonía, fue muy criticado por los tangueros de la «Guardia Vieja», ortodoxos en cuanto a ritmo, melodía y orquestación. En los años posteriores sería reivindicado por intelectuales y músicos de rock.

[24] Isabel Aretz-Thiele (Buenos Aires, 14 de abril de 1909 — San Isidro, 2 de junio de 2005), fue una compositora, investigadora, escritora y etnomusicóloga argentina nacionalizada venezolana. Siguiendo los trabajos del musicólogo Carlos Vega, en la década de 1940 comenzó a recorrer su país natal, con el objetivo de compilar y registrar sonidos musicales tradicionales que le permitieran elaborar un compendio sonoro de Argentina. Durante ese período viaja también a Paraguay, Uruguay, Chile, Bolivia y Perú con fines similares a los de sus viajes en Argentina.

[25] Jorge de Carvalho, etnomusicólogo, acuña el término “canibalismo musical” para el caso de la comercialización de la música de carácter sagrado que guarda fuerte identidad comunitaria afroamericana, por agentes y productores ajenos a dicha cultura. Revista TRANS http://www.redalyc.org/articulo.oa?id=82200705

[26] INIDEF Instituto de Etnomusicología y Folklore . Funcionó en Venezuela brindando cursos de post grado con apoyo de la OEA.

[27] Terry Agerkop, guitarrista, etnomusicólogo, nacido en Surinam, fue docente en INIDEF , desarrolló investigaciones en diversos países latinoamericanos, Venezuela, Honduras, entre otros.

[28] Gerard Kubik, etnomusicólogo de origen austriaco realiza investigaciones en Africa.

[29] Miguel Acosta Saignes (nacido en San Casimiro, estado Aragua el 8 de noviembre de 1908 y fallecido en Caracas el 10 de febrero de 1989), fue un militante del Partido Comunista de Venezuela además de periodista, ensayista, político, etnohistoriador, geógrafo y docente venezolano. Fundador de los estudios antropológicos en Venezuela y de la Escuela de Periodismo de la Universidad Central de Venezuela (UCV). En 1977 fue galardonado con el Premio Casa de las Américas (ensayo) por: Bolívar: Acción y utopía del hombre de las dificultades. En 1987 recibió el Premio Nacional de Cultura Popular de Venezuela.

[30] “Pedro Navaja” canción de Rubén Blades que cuenta una historia violenta en una calle de cualquier ciudad cosmopolita, en que el ladrón termina muerto por la prostituta apuñalada y herida de muerte que sorpresivamente le dispara.

[31] William Anthony Colón (Nueva York, 28 de abril 1950) es un músico de salsa y activista social Nuyorican (un puertorriqueño nacido en Nueva York). Comenzó su carrera como trombonista, y también canta, escribe, produce y actúa. También está involucrado en la política de la ciudad de Nueva York [1] y la política internacional.

[32] Rubén Blades (Ciudad de Panamá, 16 de julio de 1948) es un cantante,compositor, músico, actor, político y abogado panameño que desarrolló gran parte de su carrera artística en la ciudad de Nueva York. Sus discos más exitosos los realizó junto con Willie Colón para el sello discográfico Faniadurante el boom de la salsa. Se desempeñó como ministro de cultura en Panamá.

[33] John Winston Ono Lennon2 (de nacimiento John Winston Lennon;Liverpool, Reino Unido, 9 de octubre de 1940-Nueva York, Estados Unidos, 8 de diciembre de 1980), fue un músico multiinstrumentista y compositor que saltó a la fama como uno de los miembros fundadores de The Beatles, ».En Wikipedia dice: “Demostró un carácter rebelde y un ingenio mordaz en la música, el cine, la literatura y el dibujo, así como en sus declaraciones en conferencias de prensa y entrevistas. Además, la polémica le persiguió debido a su constante activismo por la paz, junto con su esposa Yōko Ono. En 1971 se mudó aNueva York, donde su oposición a la guerra de Vietnam dio lugar a numerosos intentos por parte del gobierno de Richard Nixon de expulsarlo del país; mientras, sus canciones fueron adoptadas como himnos por el movimiento contra la guerra. Después de su autoimpuesto retiro de la industria musical en 1975 para dedicar tiempo a su familia, Lennon volvió en 1980 con Double Fantasy. Lennon fue asesinado tres semanas después de ese lanzamiento”.

[34] Aquí el caso de “Flor de retama” (artículo de Camilo Riveros Vásquez, ponencia en IASPM México 2007) wayno que al ser escuchado por militares supusieron que eran terroristas y se produjo una masacre de civiles no senderistas en Barrios Altos, Perú. http://www.sonidos.pe/letras/articulos/a-proposito-del-aniversario-del-autogolpe-del-5-de-abril-fujimori-y-el-caso-flor-de-retama/

[35] Julio Mendívil, periodista, charanguista, doctor en etnomusicología, presidente de IASPM-AL(2012-2014)

[36] César Bolaños (Lima,4 de junio de 1931 – Lima,30 de setiembre de 2012) fue un músico peruano, compositor vanguardista, pionero de la música electrónica, docente e investigador en el campo de la musicología. Realizó importantes estudios en el campo de la arqueomusicología.

[37] Karl Heinrich Marx, conocido también en castellano como Carlos Marx(Tréveris, Reino de Prusia, 5 de mayo de 1818 – Londres, Reino Unido, 14 de marzo de 1883), fue un filósofo, intelectual y militante comunista alemán de origen judío.1 En su vasta e influyente obra, incursionó en los campos de la filosofía, la historia, la ciencia política, la sociología y la economía.

35 Luis José Silva Michelena (Caracas, 16 de febrero de 1937 – ídem, 4 de diciembre de 1988), conocido como Ludovico Silva fue un escritor, ensayista, filósofo y poeta venezolano, estudioso de Marx (no marxista), considerado como uno de los más importantes intelectuales del siglo XX venezolano.

[39] El texto en referencia se encuentra en www.chalenavasquez.com, constituye una propuesta de análisis de la producción artística en contextos socioculturales diversos, no solamente los de la industria de la música.

[40] Al respecto escribió Marx en Los manuscritos económico filosóficos de 1844. Ideas que Sánchez Vásquez desarrolla en el texto La ideas estéticas de Marx”

[41] Adolfo Sánchez Vázquez (Algeciras, el 17 de septiembre de 1915 -México, México D.F. 8 de julio de 2011)1 fue un filósofo, escritor y profesorhispanomexicano.2

Para Sánchez Vázquez el problema principal de la filosofía no es ontológico sino praxiológico; es decir que no puede haber veredicto sobre un problema ontológico, gnoseológico, antropológico y epistemológico al margen de la praxis. Entre sus obras se encuentran Las ideas estéticas de Marx, Filosofía de la praxis, Entre la realidad y la utopía.

[42] Declaración Universal de los Derechos Humanos Sociales Económicos y Culturales. http://portal.unesco.org/es/ev.php-URL_ID=26053&URL_DO=DO_TOPIC&URL_SECTION=201.html

[43] Argeliers León Pérez (La Habana, 7 de mayo de 1918 – ibídem, 23 de febrero de 1991) fue un musicólogo, compositor, etnólogo y pedagogo cubano que dejó una monumental obra en las áreas de la musicología, la composición, la pedagogía y la gestión académica/cultural.

[44] Silvio Rodríguez Domínguez (San Antonio de los Baños, 29 de noviembre de 1946) es un cantautor, guitarrista y poeta cubano, exponente característico de la música de su país surgida con la Revolución cubana, conocida como la Nueva Trova Cubana, que comparte con otros reconocidos cantautores tales como Pablo Milanés, Noel Nicola y Vicente Feliú. Fue galardonado, junto a Joan Manuel Serrat como el mejor cantautor hispanoamericano de la segunda mitad del siglo XX, y en 1997 su música fue declarada Patrimonio de la Humanidad por la Unesco.

[45] “A 25 años de una pregunta impertinente” artículo publicado en el Boletín de Música 19-20. Casa de las Américas. (Cuba, 2007)

[46] La santería o Regla de Osha-Ifá, práctica socio religiosa de origen yoruba, vigente en Cuba y otros países de población afrodescendiente.

[47] Ikaros, cantos en ceremonias con Ayahuasca, forma medicinal amazónica.

[48] Arturo Kike Pinto, músico multi instrumentista, investigador y maestro de ceremonias con plantas sagradas indígenas andinas y amazónicas.

[49] Revista Musical Chilena , Aquí Macondo. Agustín Ruiz. Rev. music. chil. v.51 n.188 Santiago jul. 1997 http://dx.doi.org/10.4067/S0716-2790199701880000

[50] También será necesario afirmar la solidaridad entre miembros del propio IASPM-AL y defender puestos de trabajo (como el caso de Franco Fabri – miembro de IASPM) o reafirmar la investigación de la música popular en el sistema universitario de nuestros países.

[51] http://vicente1064.blogspot.com/2007/04/cmo-el-sonido-puede-ser-un-arma-letal.html http://www.bing.com/videos/search?q=LRAD+(Long+Range+Acoustic+Device).&qpvt=LRAD+(Long+Range+Acoustic+Device).+&FORM=VDRE#view=detail&mid=02133878410C169159B802133878410C169159B8 http://es.wikipedia.org/wiki/Dispositivo_acústico_de_largo_alcance

[52] Greenpeace (del inglés green: verde, y peace: paz) es una ONG ambientalista, fundada en el año de 1971 en Vancouver, Canadá. El objetivo de la ONG ecologista es proteger y defender el medio ambiente, interviniendo en diferentes puntos del planeta cuando se cometen atentados contra la Naturaleza. Greenpeace lleva a cabo campañas para detener el cambio climático, proteger la biodiversidad, para la no utilización de transgénicos, disminuir la contaminación, acabar con el uso de la energía nuclear y el de las armas. Además proteger bosques y paisajes naturales. Con oficinas nacionales y regionales en 43 países,1 la organización obtiene sus ingresos de las contribuciones individuales de sus 3 millones de socios en la actualidad(1/3/13)en todo el mundo.1

[53] José Carlos Mariátegui La Chira (Moquegua, 14 de junio de 1894 – Lima, 16 de abril de 1930), fue un escritor, periodista, y pensador político marxista peruano. Autor prolífico a pesar de su temprana muerte, El Amauta (delquechua: hamawt’a, ‘maestro’, nombre con el que también es conocido en su país) es uno de los principales estudiosos del marxismo en Iberoamérica, destacando entre todos sus libros los 7 ensayos de Interpretación de la Realidad Peruana, obra de referencia para la intelectualidad del continente. Fue el fundador del Partido Socialista Peruano en 1928 (que tras su muerte pasaría a denominarse Partido Comunista Peruano) y de la Confederación General de Trabajadores del Perú, en 1929.

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