ODA AL JET – relectura del poema de José María Arguedas

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ODA AL JET – JOSE MARIA ARGUEDAS – Relectura Chalena

 

ODA AL JET – José María Arguedas

Relectura, interpretación y comentario por Chalena Vásquez

 

¡Abuelo mío! Estoy en el Mundo de Arriba. ——-  

Se entiende que está en el cielo – a bordo de un avión.

Sobre los dioses mayores y menores, conocidos y no conocidos.

Los dioses montaña, mayores y menores – conocidos y no conocidos – pues son conocidos por unos y desconocidos por otros.

¿Qué es esto? Dios es hombre. El hombre es dios.

Se sorprende. “Dios es el hombre…” El hombre es dios…

He aquí que los poderosos ríos, de los adorados, que partían el mundo, se han convertido en el más delgado hilo que teje la araña.

Aquéllos poderosos ríos que él conoce y ama, que “partían el mundo” son delgados hilos…

Desde el avión se ven diminutos los ríos, los caminos… la montañas, los cerros pequeños y grandes… uno imagina toda esa creación… que el hombre ahora mismo, desde el avión mira la tierra…

El hombre es dios.

Vuelve a decir. Y se pregunta

¿Dónde está el cóndor, dónde están las águilas?

Invisibles como los insectos alados se han perdido en el aire o entre las cosas ignoradas.

Frente al poderoso Jet, hasta las aves grandes parecen insectos o no se ven, son invsibles, “se han perdido en el aire o entre las cosas ignoradas”

Entonces empieza el diálogo con los dioses. Primero evoca a la divina trinidad al estilo católico.

Dios Padre, Dios Hijo, Dios Espíritu Santo: no os encuentro, ya no sois; he llegado al estadio que vuestros sacerdotes, y los antiguos, llamaron el Mundo de Arriba.

Entonces los niega y dice “ya no sois” – y prosigue diciendo que se encuentra en ese espacio al que llamamos cielo, en ese espacio en el que va en avión volando… en un “lomo de fuego, hierro encendido hecho por la mano del hombre”

En ese mundo estoy, sentado, más cómodamente que en ningún sitio, sobre un lomo de fuego,

hierro encendido, blanquísimo, hecho por la mano del hombre, pez de viento.

Sí, Jet es su nombre.

Y lo describe comparándolo con los seres naturales…

Las escamas de oro de todos los mares y los ríos no alcanzarían a brillar como él brilla.

Sigue describiendo el paisaje de la tierra que ante sus ojos está diminuta

El temible filo de nieve de las sagradas montañas, allá abajo resplandece, pequeñito; se ha convertido en lastimoso carámbano.[1]

Entonces, ante esa visión, desde el Jet, como un poderoso invento humano, él dice: El hombre es dios.

El hombre es dios. Yo soy hombre. El hizo este incontable pez golondrina de viento.

El hombre, es decir el ser humano hizo este “pez golondrina de viento” – una forma poética muy andina para describir al jet.

 Entonces JMA empieza a hablarle al hombre – al ser humano –

¡Gracias, hombre! No hijo del Dios Padre sino su hacedor. (sino el padre – el hacedor)

Es decir a un ser humano, que ni siquiera es Jesús, el hijo de Dios Padre, sino al propio Dios, el hacedor.

Y empieza una especie de oración, dirigido a ese dios hombre – dios runa –

Gracias, padre mío, mi contemporáneo. Nadie sabe hasta qué mundos lanzarás tu flecha.

Lanzar la flecha, lanzar su poder… el progreso?

Y entonces dice:

Hombre dios: mueve este pez golondrina para que tu sangre creadora se ilumine más a cada hora.

Entiendo que pide para que esa fuerza creadora ilumine en todo momento – iluminación que es claridad que es luz y conocimiento… solamente con conocimiento , tecnología , ciencia se podría construir un jet…

Reconoce el poder e invoca al propio hombre para que su sangre creadora siga creciendo… (se ilumine más a cada hora)

Sin embargo inmediatamente observa que el mismo poder creador puede ser usado en contra de la humanidad… y exclama:

¡El infierno existe! No dirijas este fuego volador, señor de los señores, hacia el mundo donde se cuece la carne humana;

Donde se cuece la carne humana. Es la guerra, la violencia, la miseria.

Que esta golondrina de oro de los cielos fecunde otros dioses en tu corazón, cada día.

Esa golondrina de oro de los cielos, es decir el jet naturalizado – simbólicamente – esa golondrina… fecunde otros dioses en tu corazón –

Si se deja de creer en unos dioses… entonces en qué dioses se cree? ¿A qué alude Arguedas?

Entonces dice lo que siente, siendo consciente del lugar donde está:

Bajo el suave, el infinito seno del “jet”; más tierra, más hombre, más paloma, más gloria me siento; en todas las flores del mundo se han convertido mi pecho, mi rostro y mis manos.

Su sentir se asemeja a la dulce infancia…

Mis pecados, mis manchas se evaporan, mi cuerpo vuelve a la dulce infancia.

Sin embargo, luego interroga y responde la idea clave de este texto, El ser humano se había inventado a Dios para alcanzarlo, para ser como él…. Dice:

Hombre, Señor, tú hiciste a Dios para alcanzarlo ¿o para otra cosa?

Para alcanzarlo lo creaste y lo persigues ya de cerca.

Entonces, se da cuenta del proceso. Los seres humanos inventaron a Dios (recordemos que en la visión católica, Dios hizo al hombre a su imagen y semejanza – pero en este texto asevera Arguedas, al revés: los hombres inventaron un Dios poderoso al que tratan de imitar, perseguir, alcanzar… Tener tanto poder como el dios por ellos mismos inventado.

Y dice:

Cuidado con el filo de este “jet” más penetrante que las agujas de hielo terrenas, te rompa los ojos por la mitad;

Es demasiado fuego, demasiado poderoso, demasiado libre, este inmenso pájaro de nieve.

Cuidado que tu hijo (el jet) te envíe el latido de la muerte; la mariposa que nació de tu mano creadora puede convertir tu cabeza en cenizas.

Ese demasiado fuego, demasiado poderoso, demasiado libre, ese inmenso pájaro de nieve, simboliza el demasiado poder y libertad del propio creador.

El jet simboliza el avance científico y tecnológico al que ha llegado el ser humano. Quién sabe hasta dónde llegarán sus flechas – del ser humano – sin embargo toda esta tecnología, podría convertir su cabeza en cenizas…

Oye, hombre, ¡entiéndeme!   –

Bajo el pecho del “jet” mis ojos se han convertido en los ojos del águila pequeña a quien le es mostrado por primera vez el mundo.

No siento temor. Mi sangre está alcanzando a las estrellas; los astros son mi sangre .

No te dejes matar por ningún astro, por este pez celeste, por este dios de los ríos que tus manos eternas fabricaron.

Se refiere a la humanidad… hombre/hombre no te dejes matar…

Sigue luego un reconocimiento de sí mismo, de su humanidad y de la síntesis que es el hombre mismo, de todo:

Dios Padre, Dios Hijo, Dios Espíritu Santo, Dioses Montañas, Dios Inkarrí: mi pecho arde. Vosotros sois yo, yo soy vosotros, en el inagotable furor de este “Jet”.

No bajes a la tierra.

Le dice al dios hombre

Sigue alzándote, vuela más todavía, hasta llegar al confín de los mundos que se multiplican hirviendo, eternamente. Móntate sobre ellos, dios gloria, dios hombre.

Y luego recuerda el dios católico

Al Dios que te hacía nacer y te mataba lo has matado ya, semejante mío, hombre de la tierra.

¡Ya no morirás!

He aquí que el “jet” da vueltas, movido por la respiración de los dioses de dioses que existieron, desde el comienzo hasta el fin que nadie sabe ni conoce.

El final es sorpresivo, no sabe qué va a pasar (en realidad uno no debe sorprenderse) … un gran poder está terminando con varias formas de opresión (el dios que te mataba lo has matado tú)… sin embargo nadie sabe lo que va a pasar…

——- José María Arguedas 1966 —–

 

[1] Un carámbano es un pedazo de hielo en forma de cono que se forma cuando el agua que gotea de un objeto se congela por efecto de la helada. Generalmente se forman cuando el hielo o la nieve se derrite por el calor del Sol (o cualquier otra fuente de calor) y posteriormente el agua que surge entra en contacto con una zona con temperaturas inferiores a 0 °C volviéndose a congelar.[1]

Normalmente los carámbanos son conos rectos y puntiagudos pero por efecto del viento o si el agua cae muy lentamente pueden hacerse de formas redondeadas y curvadas.

Si el proceso de congelado y descongelado continua el carámbano aumenta de longitud y grosor. El peso que pueden llegar a alcanzar los carámbanos puede ser peligroso para la estructura de los tejados y las ramas de las que cuelgan, y pueden llegar a clavarse como un cuchillo al caerse.[2

Wikipedia – http://es.wikipedia.org/wiki/Car%C3%A1mbano – 22 enero

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