Reflexiones sobre el arte, el derecho a la cultura y los deberes del Estado en política artístico/cultural.

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Reflexiones sobre el arte, el derecho a la cultura y los deberes del Estado en política artístico/cultural.

Por Chalena Vásquez [1] 

Lima , Perú – 2005

Arte: vivencia personal, colectiva y genérica al ser humano

El arte[2], en sus diversas expresiones (de música, danza, teatro, artes plásticas, literatura oral y escrita, poesía) es una actividad propia del ser humano, que como ser creativo se afirma, se expresa y se comunica.

Los hechos artísticos – u obras de arte – se presentan como experiencias únicas (no hay dos canciones iguales, no hay dos danzas iguales, no hay una versión que sea igual a otra) e intransferibles, es decir que el hecho artístico se presenta como una experiencia vivencial, que involucra el intelecto, los afectos, las habilidades o destrezas de los propios cultores, siendo fuente de placer estético personal en primera instancia y colectivo al ser compartido y percibido por otros.

Simultáneamente, toda obra de arte pertenece a un lenguaje gestado colectivamente a través del tiempo, y por eso cada obra – poema, mito, escultura sea en mármol o en piedra de Huamanga, danza, canción, retablo, mate burilado, alforja, poncho… – permite a su vez a toda persona aplicar y desarrollar lo aprehendido/aprendido, continuando con el caudal cultural que viene de las generaciones anteriores; la misma obra posibilita su participación en un devenir cultural, siendo parte de la construcción de la historia actual, compartida con el grupo humano –sector social, regional, nacional o mundial – con el que se identifica, creando lazos de pertenencia.

Toda práctica artística implica una forma de afirmación personal, intelectual y afectiva, de manera integral y orgánica (mente – cuerpo como unidad indivisible) . A su vez, toda obra de arte pertenece a un ser colectivo mayor, se crea y desarrolla dentro de lenguajes de comunicación – comunicacionales – desarrollados en sociedad, de tal manera que las obras artísticas tienen siempre una dimensión de afirmación colectiva, de identidad de grupo y de pertenencia a una historia común; puesto que son bienes compartidos a través de todo el proceso comunicacional de producción – distribución – consumo, es decir desde el acto de creación y exposición o difusión, hasta el de percepción.

Sin embargo, una obra de arte también puede existir, ser elaborada, creada. y no llegar a ser vista o disfrutada por otros, en ese caso la obra de arte está lista, pero el proceso de comunicación está incompleto y por tal motivo el derecho a la cultura, que es un derecho no solamente personal sino colectivo, no se hace efectivo.

Los artistas pueden crear obras… pero no tienen las vías, espacios, medios de transmisión que les permita su exposición y comunicación hacia otros[3].

La práctica artística permite también una forma de afirmación genérica, fundamental y de suprema importancia – es decir que, en la calidad de ser humano, el creador (músico, poeta, bailarín, coreógrafo, narrador, teatrista, pintor, escultor..) reafirma sus características fundamentales de: ser creativo que ejerce su libertad, afirmando la experimentación como proceso de conocimiento y fuente de goce, creando y recreando las formas de relación consigo mismo y con los demás, consigo mismo y con la naturaleza, consigo mismo y con el cosmos al que pertenece.

Estas afirmaciones generales sobre el arte y sus significados, la práctica artística, los lenguajes compartidos, la historia… tienen formas concretas de darse en los países, de acuerdo al desarrollo o evolución cultural[4] de cada grupo o colectivo humano, que en nuestro país reconocemos como culturas regionales – costeñas, andinas, amazónicas – con matices y características diversas y complejas.

En tanto el ser humano se reafirma como tal, en su sentido genérico, social y personal, a través del arte, podemos decir que afirma su identidad en varias dimensiones, no solamente en la dimensión artística – estrictamente hablando – y del disfrute o goce estético, sino en las dimensiones sociales, culturales e históricas que contiene toda producción artística.

De igual manera, a través del arte se adquieren conocimientos, formas del pensamiento humano, provenientes de otras áreas del saber como son las que se originan en diversas áreas de la producción socioeconómica: agricultura, ganadería, minería, industrias, comercio, así como otras formas del pensamiento y de los sistemas ideológicos – religión, política, cosmovisión o filosofía, estética – presentes en la sociedad en el momento histórico en que tal o cual arte florece.

La producción artística no se da de manera aislada, sino integrada a procesos productivos y socioculturales mayores, y entonces es posible observar el arte como expresión que reafirma identidades simultáneamente en varias dimensiones, de acuerdo a la actividad y pertenencia de un ser humano a colectivos mayores.

Partiendo de la afirmación de una identidad personal que tiene que ver con la autoestima, podemos seguir, extendiendo la mirada, considerando una identidad familiar y de grupo social al que pertenece y estima; una identidad social de un ambiente mayor que lo hace parte de un entorno natural- social-cultural que en el Perú se identifica con culturas locales/regionales; identidad de género, identidad de clase o sector sociales, identidad territorial/cultural – de localidad, región, de país – identidad por oficio u profesión; identidad referida a práctica y pertenencia a corrientes políticas, religiosas, profesionales, artísticas etc.

Las obras artísticas – música (canciones, música instrumental) danzas, teatro, cine, artes plásticas, poesía, narración, – van estimulando y afirmando conceptos y valores, que sustentan las identidades: los afectos/pensamientos que orientan la vida, para tal o cual conducta, de tal manera que el ser humano se va formando siempre en las diferentes etapas de la vida –infancia, juventud, adultez – en los diversos ambientes en los que le toca vivir: ambiente familiar, de barrio urbano, de comunidad campesina, de escuela, de universidad, de centro de trabajo, de espacios y momentos de celebración, juego, diversión, de empleo del tiempo libre… etc. pues en todos esos momentos el ser está recibiendo y procesando información con contenidos estéticos, sociales, culturales.

Es necesario distinguir aquí entre la creación de una obra de arte y la vivencia estética[5]

La vivencia estética que experimenta todo ser humano en cada instante de su vida, no necesariamente es consciente y explícita, sin embargo en cada momento de la vida, el ser humano está relacionándose con sus sentidos, su intelecto, su sensibilidad, en un mundo de sonidos, formas, colores, aromas, texturas… – que lo rodean permanentemente.

Podemos entonces apreciar que cada instante el ser está cultivándose, formando (¿o deformando?)[6] su cultura, su sistema de valores estéticos, sociales, culturales en general.

Tenemos una vivencia estética permanente, que se elabora (reelabora) a cada instante, pues el ser humano no es pasivo, y tiene la posibilidad de discriminar, aceptar, rechazar, adaptar, adoptar… se resigna o se rebela… y en esa dinámica permanente va participando en procesos culturales históricos.

Las culturas más antiguas –africanas, asiáticas, americanas- nos enseñan de esta vivencia estética, permanente en todo ser humano, en términos de la armonía o la falta de ella, entre el ser y el universo o el cosmos.

En las grandes urbes… esa vivencia estética sin duda es trascendentalmente distinta a la vivencia campesina, de donde vienen las culturas de tradición oral vigentes en el Perú.

Es importante aquí señalar que las culturas tradicionales peruanas se gestaron y desarrollaron en ambientes naturales y de trabajo agrario. Es por eso que podemos hablar en el Perú de las culturas de carácter agrocéntrico, donde el ser humano es uno más de los seres que habitan el universo; el ser humano se relaciona con otros sujetos de igual a igual… considerando las prácticas artísticas por un lado integradas a la vida cotidiana y del trabajo y por otro lado considerando las prácticas artísticas – música danza, teatro – como formas privilegiadas de relación con los otros sujetos del universo sean personas humanas o de otra calidad… tierra, agua, viento, flora, fauna, sol, luna, estrellas. El Sistema de Fiestas en el Perú, permite la realización de múltiples expresiones artísticas en fenómenos que integrales (música, danza, teatro, poesía, narrativa) posibilitando la participación popular de hondo sentido democrático.

El derecho a la cultura y la práctica artística. El desarrollo de capacidades: derecho humano básico y fundamental.

Cultura es todo lo que el ser humano, como ser social, elabora a través de la historia para satisfacer sus necesidades, tanto primarias como secundarias… así se aleja de su animalidad para convertirse en un ser sociocultural (el devenir histórico nos muestra como se crean nuevas necesidades que son satisfechas a su vez con nuevas invenciones… y relaciones )

Todo ser humano, tiene capacidades innatas para el desarrollo de habilidades artísticas y para el cultivo de los sentidos, (no solamente de sus sentidos físicos sino de los sentidos espirituales, el amor… por ejemplo) de tal manera que desde las capacidad naturales (animales) se desarrollan las posibilidades de creación y percepción estética; se forma y se cultiva la inteligencia y sensibilidad que nos da la posibilidad de producir y disfrutar la belleza en sus múltiples formas; la práctica artística es una de las formas de concreción de la cultura.

Un ser humano que no cultiva sus capacidades artísticas está negándose a sí mismo – o la sociedad le está negando – su posibilidad de afirmación de su propia humanidad, como ser genérico, así como se estaría negando su derecho a crecer –intelectual, espiritualmente- y cultivarse plenamente.

Todo ser humano, utiliza la memoria en sus múltiples posibilidades (memoria auditiva, memoria motora, memoria visual, etc) para el aprendizaje de los lenguajes artísticos, que su propia sociedad le brinda. Registra de manera permanente en todo su organismo –no solamente en el cerebro- una serie de estímulos, hechos, que moldean su vida, su actividad vital, su conducta, sus respuestas frente a los acontecimiento cotidianos… rutinarios o extraordinarios que suceden en la vida.

Los espacios sociales en los que vive y crece una persona le van posibilitando el acceso – o negación – a diversos lenguajes artísticos… en primera instancia como receptor y en segunda instancia como intérprete y creador.

Una sociedad –estado/gobierno- que reconoce el arte como una práctica fundamental de todo ser humano – y que reconoce que la Cultura es un Derecho[7] (además reconocido internacionalmente por la legislación en la materia) debe preocuparse para proporcionar a toda su población, niños, jóvenes, adultos, hombres y mujeres, la posibilidad de crecer y desarrollarse cultivándose permanentemente de manera integral.

“Cultivándose” es decir creciendo en cultura, en sensibilidad, intelecto, en imaginación, creación, afirmando el derecho del goce estético –por ser eminentemente humano- como un derecho humano básico y sustancial, afirmando su humanidad a través de esta práctica misma.

Lamentablemente y como parte de las políticas culturales existentes – muchas veces de facto, sin enunciados ni proclamaciones teóricas, pero que operan en la vida real – en nuestro país y en nuestro continente desde hace varios siglos, el derecho a la propia cultura y el arte, ha sido negado sistemáticamente, llegando a un momento en el que las expresiones artísticas son vistas como una pérdida de tiempo, actividades secundarias, apéndices, actividades propias de gente ociosa, de pura diversión y hasta de “mal vivir”.

Para aplicar una mirada general, a manera de diagnóstico y poder ver el estado de la cuestión, podemos dirigir nuestra atención a varios espacios o niveles en los que el ser humano en el Perú desarrolla su vida y se encuentra participando directa o indirectamente en lo que llamamos procesos de producción del arte.

¿Qué es o debe ser una política cultural en relación al arte?
¿Cuales son los espacios sociales/temporales de producción artística en el Perú?

Identificados los espacios y procesos, ¿cómo se aplica la política cultural, es decir: la legislación, las normas, planificación, ejecución fiscalización… etc. como función y deber del gobierno? ¿es deber solamente del gobierno el hacer política cultural? ¿están en vigencia otras formas de aplicar o ejercer algún tipo de política cultural?

Teniendo en cuenta las legislación internacional sobre Derechos Humanos, considerando los principios y normas de la Constitución del Perú, considerando los fines y objetivos del Ministerio de Educación, del Ministerio de Cultura (considerando también los derechos y deberes de los gobiernos locales y regionales) una política cultural implica en primer término el reconocimiento de que es un deber del estado, el defender al ser humano como ser cultural, integralmente.

Esta defensa del ser humano como un ser cultural, necesitado por su propia esencia, de desarrollar sus capacidades artísticas, se debe aplicar a todo momento y en todos los espacios en que el ser humano vive.

Observando los espacios contemporáneos y considerando el mandato democrático de la constitución del país, tendríamos que considerar que el Derecho a la Cultura incluye:

a) lengua

b) ciencia y tecnología… (prevención de salud y medicina, arquitectura, astronomía, agricultura, ganadería, minería, recolección, pesca, fabricación o confección de manufacturas diversas, utensilios, máquinas, equipos e instrumentos para el trabajo… etc.)

c) formas de organización social, derecho consuetudinario, del ejercicio del poder político para planificar, ejecutar, fiscalizar…

d) filosofía o cosmovisión, religión, formas educativas, formas de reconocer que es deber del estado, velar por el bienestar de todos y todas, preocupándose de que toda persona sin discriminación alguna, pueda desarrollarse a plenitud en su cultura (culturas que en el Perú son tantas como lenguas vigentes) y que la promoción y proyección del arte debe extenderse a todos los momentos de la vida pública y privada, del trabajo y del descanso a través de la educación formal, no formal y a través de los medios de comunicación masiva incluyendo la transmisión de los saberes tradicionales

e) Arte en todas sus formas con los propios patrones estéticos. La afirmación del DERECHO A LA CULTURA tiene un profundo sentido democrático.

Aportando a la reflexión y análisis de la política cultural actual, es necesario enumerar algunos de los deberes políticos, generales que, respecto a la cultura tiene el estado –y el gobierno central y los gobiernos regionales- si es que realmente quiere cumplir con los mandatos de la constitución y a las normas del derecho internacional (DDHH)

Democratizar el país, implica asumir el mandato de la constitución del Perú como un país pluricultural y multilinguüe. La democracia como sistema político implica la participación de todos sin excepción; personas que tienen el derecho de desarrollarse en su propia cultura contando con los medios instrumentales necesarios para ello.

Elaborar una legislación apropiada, para el reconocimiento del derecho al arte y la cultura, legislación que orienta y promueve los actos en los ambientes formales (escolarizados) y no formales.

Respetar y promover la autogestión popular, en sus múltiples variantes y el ejercicio de organización -planificación, ejecución, fiscalización, a través de los gobiernos locales –distritales, provinciales- ; y a través de la organización de la sociedad civil y el sistema de fiestas tradicionales vigente.

Promover la práctica artística masiva a través de un gran movimiento de aficionados al arte y la toma de consciencia de toda la población de que las prácticas artísticas son derechos culturales fundamentales para toda persona, de cualquier edad y en cualquier circunstancia que se encuentre.

Promover la práctica artística en los ambientes laborales – fábricas, instituciones de los diversos sectores ministeriales y de empresas estatales.

Promover el cultivo del arte, como un medio de prevención médica y de bienestar social (frente a la droga, pro ejemplo) , promover la plenitud personal y grupal a través de la práctica artística.

Orientar , legislar para que la radio y la televisión sean considerados servicios, y no solamente negocios.

Legislar y aplicar las normas que permitan el acceso democrático a la producción de programas a través de radio y televisión.

Promover el estudio científico, de manera sistemática y permanente, de las expresiones culturales en general y artísticas en particular, propias de las culturas de tradición oral: quechua, aymara, amazónicas, criollas afroperuanas. Campañas de ampliación y fortalecimiento de museos, bibliotecas, centros de documentación cultural, etc.

Promover una cultura de paz, de tolerancia y respeto mutuo, de apertura al conocimiento de otras formas de pensar y de resolver la vida en la Costa, los Andes y la Amazonía. (respeto a la libre determinación, a la cultura y las opciones de producción que la población regional decida)

Promover el turismo y otras industrias respetando, sin depredar, el medio ambiente y con permiso y aval de los propios pobladores- como formas también de ejercer relaciones interculturales, dignas y respetuosas.

Promover la formación de especialistas, trabajadores del arte que desarrollan sus actividades dentro de una legislación apropiada. Ley del Artista y su reglamentación en defensa de los artistas como trabajadores con derechos sociales y económicos reconocidos por la legislación.

Revisión y ampliación de la Ley de derechos de autor y legislar en defensa de los derechos colectivos; para evitar el despojo y comercialización de bienes artísticos sin permiso de las comunidades gestoras de tales bienes.

Promover la producción de bienes artísticos, exposición y difusión masiva, ampliando los espacios y apoyando la producción de discos compactos, libros, videos, cine, producción en multimedia, etc.

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NOTAS AL FINAL DEL ARTICULO

[1] Chalena Vásquez Rodríguez, musicóloga e investigadora cultural, compositora y cantautora. Sus textos y trabajos de composición, poesía y narrativa se encuentran en www.chalenavasquez.com y en Facebook en los álbumes de fotos de la página Chalena Vasquez R. El presente artículo fue parte de una ponencia en el Encuentro Nacional de Escuelas para la Formación Artística – Perú –

[2] Se incluye en el concepto de arte, todas las expresiones relativas a:

MUSICA: DANZA : TEATRO: costeña, andina, amazónica, académicas y/o de tradición oral peruana.
danzas peruanas costeñas, andinas, amazónicas, las formas del ballet y la danza llamada moderna., tanto las de autor individual o colectivo, de estilo occidental del teatro clásico o moderno, así como las formas de Danza-Teatro tradicional peruano y contemporáneo vigente en el Sistema de Fiestas de las culturas peruanas de tradición oral.

ARTES PLASTICAS: incluyendo aquí tanto las artes plásticas peruanas (que comúnmente se llaman artesanías: tejidos en todo tipo de materiales, mates burilados, retablos, escultura en piedra de Huamanga, cerámica, orfebrería, ebanistería, talabartería, bordados, máscaras, vestuario, construcción de instrumentos musicales etc. ) como las artes académicas occidentales: dibujo, pintura, escultura, grabado, diseño gráfico y de afiches, diseño paisajístico (ornato de los espacios públicos) arquitectura, etc.

NARRATIVA Y POESIA – de tradición oral y escrita, en todos los idiomas del Perú.
ARTES AUDIOVISUALES formas artísticas audiovisuales tanto de interpretación en vivo como en multimedia, comics, fotografía, cine, video etc.

[3] Los medios o espacios para la exposición e intercambio de experiencias artísticas, especialmente los medios de comunicación masiva deberían –en un estado democrático – fundamentarse en brindar un servicio a la sociedad y no pretender simplemente ser empresas de lucro, que, so pretexto de la libertad de expresión –cuando en realidad es libertad de empresa y lógica de mercado invaden los hogares y la mente de los televidentes de productos ampliamente conocidos como “producto basura”. La televisión basura es una agresión permanente a la sensibilidad de los televidentes, quienes además no tienen manera de optar por otras alternativas –salvo apagando el televisor – La programación –salvo excepciones – de la televisión actual está violando de manera permanente el Derecho a la Cultura de peruanos y peruanas, porque por un lado sus contenidos son abiertamente manipuladores hacia la lógica del mercado, y por otra los medios no están al alcance de los productores de arte, es decir de los trabajadores del arte en sus diversas modalidades: música, danza, teatro, literatura, artes plásticas etc. de todas las culturas vigentes en el Perú. Obsérvese cómo no existen programas en idiomas andinos o amazónicos. Sabemos bien que los mejores cultores, artistas de música, danza teatro, etc, no aparecen en los programas de televisión. (las excepciones son pocas… una o dos golondrinas no hacen verano) La presencia de la radio y más aún la televisión en espacios privados e íntimos, vienen moldeando conductas de tal manera que los valores inculcados sistemáticamente responden a necesidades de mercado, lucro mercantil, con contenidos culturales que alejan a las personas de su cultura propia, en pos de otros modos de vida. La reflexión sobre estas materias sería motivo de otro evento.

[4] Léase “desarrollo” como devenir histórico, procesos socioculturales a través del tiempo y no como procesos de menor a mayor , o de inferior superior, de peor a mejor… no se trata de eso.

[5] Vivencia Artística se refiere a la práctica, la creación la participación en procesos de producción, distribución y consumo de bienes artísticos. La Vivencia Estética, se refiere a las sensaciones y percepciones de todo momento, en cualquier lugar.

[6] En sentido estricto una cosa que se deforma… abandona una forma y adquiere otra forma; no existe la “no- forma…” la no forma es la nada. Esta es una constatación objetiva. Sin embargo considerando las prácticas socioculturales de las sociedades modernas, sabemos que el abandono de culturas tradicionales, o la pérdida de valores tradicionales implica muchas veces la adopción de otros valores que no necesariamente conducen a un desarrollo pleno del ser humano, en armonía consigo mismo, con la naturaleza y el cosmos al que pertenece…. produciéndose fenómenos de alienación, de falta de pertenencia, de desarraigo, de extrañeza y desconocimiento de uno mismo, de subestima… fenómenos de crisis psicosocial… por enfrentamiento entre culturas de tradición oral originarias – agrocéntricas – con la cultura del consumo y la lógica del mercado capitalista actual que privilegia la acumulación de riqueza en desmedro del bienestar social – humano.

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