RECORRIDOS

Home / Poesía / RECORRIDOS

Serie poemas chalena vasquez

Lima, 2015

RECORRIDOS

Expandir la mirada
hasta el horizonte
que trenzan los sueños
en la tarde nublada
del terrible espanto
cuando la respiración
enloquecida
sabía del trepidar
de las metrallas
desbocadas
que soldados
hombres y mujeres
armadas
temblando de miedo
y de ira gestada
en ignotas cavidades
de tiempo y olvido
clamaron justicia
¡ay, palomitay!

Y se encontraron
de pronto en un recodo
de la misma historia
ay, urpichallay
¡Qué! ¿no fue
una idea preconcebida?
¡qué va a ser!
encontrarse
con un nudo
un nudo en la garganta
con muchos
nudos y nudos y nudos
restringiendo
el propio aliento
¡urpichallay!
entre tanta bruma
de tanta tumba
bruma y tumba
levantándose
desde el fondo
de los tiempos
tiempos inmemoriales
y de caminos
recorridos
corridos
y vueltos a recorrer
¿sin querer? ¿sin saber?
¿sin sentir?
¡ay urpillay! ¡sonqochallay!
Aunque
sería bueno
diría el sabio
llegar hasta la laguna
y sumergirse
para nunca, nunca,
nunca
jamás volver,
navegando
los ríos
subterráneos
las venas de la tierra

sus corrientes
violentas a veces
o suaves
de algún remanso
cantando a veces
¡ayayay
tierna palomitay!
cantando,
digo
a la luna
reflejada
en el fondo
entre las algas
inmortales
los peces
las estrellas marinas
centelleantes;
y no
“no es tiempo de llorar”
diría sonriendo
“que vas a salar la laguna
y eso no vale”
¡urpillay, sonqollay!
urpichallay, mi palomita

Y aunque todo
todo estuviera
hecho
y maltrecho
en el mismo molde,
nada es igual
cuando se florece
y se marchita
todo al mismo tiempo,
las esporas se van
sin retorno,
para gracia,
casualmente
para morir y vivir
quién sabe
en lo más hondo
de la fiesta
¡ay, sonqollay!
que en el campo
suele suceder
cuando la luna crece
o en cuarto menguante
precisa
justa
como si no pasara
nada
nada más allá
así, el vacío
puede ser perfecto
o como si todos
estuvieran
ebrios de mente
y de corazón
adolorido,

tan adolorido
que no se siente ya,
nada se siente,
y todo es mentira
¡quién sabe!
o
¿qué opinión
tendrá alguna validez?
en ese instante
de la hora azul
¡ay, hermanullay!
de la hora celeste,
amarilla, verde
del amor incauto
y arruinado de dar
dar y dar
sin recibir
o
cuando no hay nadie
recibiendo más nada
que buena suerte,
“mala suerte”
dirán algunos
distraídos,
delante o detrás
con hambre
vorazmente
como obsesión
electrizada
¿quién sabe?
cuando se abren
las puertas
nadie sabe
a la fuerza
y
“tal vez
no pase nada”
dirán
nada de nada
ni siquiera un ápice
de erotismo,
de vida clamando
¡ay sí!
¡mi vidallay!
y
para elevarse
otra vez
sin palabras
sin decir nada,
cantando tal vez,
murmurando
¡ay vida vidallay!
¡urpichallay!
sin preocupación alguna
cerrando la puerta
otra vez,
porque es más fácil
marcharse
que escuchar
las voces clamando
por algo de razón,
de pan,
de convicción,
por lo que sea
que se pueda extraer
de un latido
incandescente
de pantallas asesinas
sin explicación alguna
como cuando donde
se resbala el jabón
o un helado de vainilla,
antes de pensar en volar
y ser feliz
significando que
algo se requiere
para ser o no ser
saber ir siendo
trabajando
comiendo
defecando
copulando
durmiendo
innumerables días
horas y minutos
y segundos
ridículos
en relojes
manillas malheridas
tiempo y olvido
¡urpichallay!
¡sonqollay!

¡Cuánto!
cuánto deberías
sin recato alguno
sin susto
sin miedo
ni sospecha
exhalar o inhalar
adelante, atrás
arriba, abajo
en círculo
¡no, no!
mejor en espiral
como si fuese posible
el desarrollo jaja
permíteme que me ría
risas y sonrisas,
claro
nada de estupideces
dirás, pues,
que es el tiempo del adiós
o un hasta luego
y buenos días,
otra vez
desventura del vivir
y del morir
¡negrachallay,
zambachallay
¡ay sonqochallay!

Vivir, digo
en cada rosa
en el clavel
marchito
del ensueño
claro
en cambio
¿qué ha de ser
y suceder?
para no ser mujer
para no ser hombre
para no ser
o saber ir siendo
a pesar de todo
sin desprecio
con o sin vagina
con o sin pene
con o sin ovarios
con o sin testículos
poder elegir
sin maltrato
ni por la cruz
ni por la espada
ni por sorpresa
ni por la tumba
¡maldición!

Maldición

el cielo
el infierno
el purgatorio
del que naides
¡naides! escapa pues,
palomitay
porque no existen,
¿sabes?
sonqollay
por eso mismo
¡chaymi chay!
por eso
aunque también
sombría es la duda
amarga la tristeza
y aún la certeza
que tensas
sorpresivas
descargan su furia
por el mundo
inasible
que a diario
inventamos
para no seguir
y seguir
en espanto
y así
medianamente
sin jueves ni viernes,
menos aún sábado
o domingo
de un día de abril,
podamos
mirar el fútbol
como si no pasase
nada
nada más que eso
en el universo
tantas veces
pateado, atrapado,
vuelto a patear
por la zona central
del campo
que ya no tiene hierba
sino plástico
¿ya ves?
todo es posible
en la dimensión
cerrada y abierta
abierta y cerrada
fugaz
que no será más
cuando toda
toda la humanidad
se extinga para bien
de todos los insectos,
así,
por los siglos
de los siglos,
y amén
dirán, diremos que:
a pesar de haber nacido
recibiendo un aviso
de precaución,
otro de arresto
domiciliario
habíamos llegado
a este mundito
calatos
calatitos
y así mismo
nos vamos
llorando
gritando
cantando
que es lo mismo
en el carnaval,
urpillay sonqollay
para que cuando
se marquen
los minutos finales
los descuentos
aún podamos abrazarnos
en pelotón,
encima uno de otro
como si así fuera
más cariñoso,
pero no,
¿qué será?
¿qué será verdad?
¿qué será?
¿qué será mentira?
urpillay, sonqollay
tierna palomitay
tan solo
solamente los sudores
de quien salta
más allá de la policía
en la cerca
y celebra la libertad
y la vida
en una eufórica
y auténtica
alegría goleadora
millonaria,
eso sí
y se dijo:

voy a permanecer
permanecer alerta,
para formar parte
de las ligas mayores,
un día,
tal vez,
un día,
ya me cansé
urpichallay
sonqochallay
de las ligas menores
solamente
pichanguitas
de vez en cuando,
¡qué va!
¡así no vale!
debe haber
una estrategia
que permita
vislumbrar el horizonte
sin humos, sin miedos,
sin susto, sin metrallas,
sin necesidad de lágrimas
ni de anteojos negros
para taparse el sol
al mismo rato
que la luna se ríe
de todos y todas
los locos y las locas
que la esperan
para darse un beso furtivo
sonqochallay,
urpichallay
bajo la sombra
de los pinos
o los sauces
llorones,
dicen,
cuando
en verdad
buscan el agua,
en el día
en la noche
al mediodía
¿y?
y entonces
a raíz de los aromas
que llegaban
en la madrugada
salieron a mirar,
el cielo estaba tan azul
azul brillante
palomitay
hermosa palomitay
y se quedaron pensando
en las luces neón
de la calle
del olvido y la memoria
del santísimo secreto
urpillay, sonqollay
verdades desconocidas
desaparecidas
enterradas
verás
que ninguna pesquisa
especial
podría dejarse así
de lado y de refilón
sin expresar
las preguntas
y más preguntas
al revés y al derecho
volviendo a mirar
por debajo de mesa

igual como cuando
vieron a los gatos
pasar y sentarse
lamerse lentamente
ir a la ventana
a asolearse en la tarde
urpichallay, sonqollay
palomitay
haciéndose
que no escuchaban
el caos nacional
internacional
mundial
durmiéndose
como los felinos
al sol…
¿y?
volviendo al encuentro
inesperado
y sorprendente
en ese recodo
digo
el recodo de la historia
nos tinka, sospechamos
que al fin los propios paisanos
los mismos paisanos
y paisanas
dispararon
en nombre de la justicia
la libertad
¡ay perlaschallay
sonqollay!
la inasible felicidad
defendida a ultranza
a capa y espada
a uniforme y fusil
a ojotas y bayetas
palpitando el futuro
en sus miradas
en el aquí y ahora
ahora y aquí
y
no hay vuelta que darle
pues,
sin ingenuidad
a sabiendas
con despiadada
y certera
consecuencia

sí, pero no
no, pero sí
sin que nadie impida
la respiración
suspiros
lágrimas
gritos
la sangre angustiada
silentes alegrías
pluriversos extendidos
más allá
más acá de las miradas
de los sueños
y sospechas
de las pisadas
los cuchillos alzados
ay, dolor
dolor tan extraño
el dolor en la nuca
la espalda
la matriz
y esas no ganas
de correr
ni si quiera andar
ni de disparar
ni de matar
y
en cambio
musphay, musphay
palomitay
sueño mi sueño
palomitay
la alegría total
toda, amplia
plena, vital,
más allá
más allá de la muerte
y de esta vida
chaymi chay,
así puede ser
así debe ser
así ha sido ya
así será
por los siglos
de los siglos
amén
sonqollay, negrallay
urpichallay
amam waqankichu
no, no llorarás
hermanollay, waykichallay
haylli!
tres veces diremos
haylli
haylli
haylli!
hermamukuna
panaykuna
waykichallay
haylli!
haylli!
haylli!
así,
no más,
verdaderamente
y si no
¿para qué?

Related Posts